Yo nunca he sido una persona a la que le gustan las rutinas. Odio levantarme dia tras dia a la misma hora, ir a la universidad toda la semana, comer la misma comida y hablar de las mismas porquerias con la misma gente. Y claro, esto es porque odio las obligaciones (quién no, pero alguna gente es mas tolerante y obediente que otra) y a pesar de todo, mis dias son muy rutinarios.
Cuando llego de la universidad, no puedo hacer nada si no como, pués como. Media hora más tarde, empiezo a sentir una necesidad increible de comer algo dulce, así que salgo a comprar un sundae o cualquier vaina que tenga azúcar. Después, intento hacer algo productivo hasta que me empieza a doler la cabeza y tengo que tirarme en un sillón viendo televisión o hablando con mi chico. Después empiezo a quejarme de que ya tengo hambre otra vez... y así pasa la noche... cena, cine, tele, dibujos y mucha blablabla.. y si me acuesto sin haber revisado el email y otras cosas en la computadora, me siento como si no me hubiese cepillado.
En las últimas semanas rompí esta rutina tantas veces (aparte del dolor de cabeza), que hoy, al volver a la normalidad, siento como si no hubiese hecho absolutamente nada.
martes, marzo 08, 2005
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